viernes, 17 de mayo de 2013

Primer anuncio del Espíritu Consolador

"Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y les dará otro Protector que permanecerá siempre con ustedes, Jesús le respondió: «Si alguien me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará. Entonces vendremos a él para poner nuestra morada en él. El que no me ama no guarda mis palabras; pero el mensaje que escuchan no es mío, sino del Padre que me ha enviado. Les he dicho todo esto mientras estaba con ustedes. En adelante el Espíritu Santo, el Intérprete que el Padre les va a enviar en mi Nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo lo que yo les he dicho."
(Jn 14,15-16.23b-26)

    El evangelio nos presenta a un Jesús cercano. Un Jesús amigo. Que busca nuestra salvación. Y no se cansa de hacerlo. Un Jesús que está presente, y no se olvida en ningún momento de nosotros. Que nos ama, y que insiste en mejorar nuestra vida. “Si ustedes me aman, guardarán mis mandamientos, y yo rogaré al Padre y les dará otro Protector que permanecerá siempre con ustedes”
   Pensemos. Desconectémonos del ritmo de la semana, y recordemos momentos de nuestra vida donde estuvo presente este Jesús que nos invita a vivir como Él. Cada uno de nosotros guarda cosas de su vida en su corazón. Jesús nos ofrece cargar con todo lo que nos pesa. Allí, en lo secreto, Él nos escucha siempre."

“Si alguien me ama, guardará mis palabras, y mi Padre lo amará. Entonces vendremos a él para poner nuestra morada en él.”

    En esta oración no existen los grises. Jesús es claro. Y nos recuerda que no se puede llegar al Padre si no es por Él.
   Nuestro modelo a seguir, nuestro ideal es Él. Y fuera de Él no hay nada. Pensemos ¿cuántas veces nos olvidamos de esto? ¿Cuántas veces pensamos que podemos solos? Es por eso que Él nos recuerda esto. Pues debemos acordarnos que Cristo nos ama. Y debemos hacerlo todos los días, a todo momento.

“Yo soy la luz del mundo; el que me sigue no andará en tinieblas, sino que tendrá luz de vida”

    Quien se encuentra en ese altar, nos dio palabras de vida eterna. “…el mensaje que escuchan no es mío, sino del Padre que me ha enviado. Les he dicho todo esto mientras estaba con ustedes.”
   Y Jesús elije quedarse con nosotros. Elije acompañarnos siempre en este camino de encuentro. No nos abandona, sino que nos deja el mensaje más valioso de todos. Nos deja la buena noticia.

“Yo soy el pan de vida; el que viene a Mí nunca tendrá hambre; el que cree en Mí nunca tendrá sed”

    Jesús sufrió por nosotros. Murió por nosotros. Pero Jesús resucitó. Y está con nosotros. Y nos ama. Y espera siempre que vayamos a su encuentro. Que escuchemos sus palabras, y que nos dejemos guiar por Él.

“Yo soy el Camino, la verdad y la vida.” “Todo aquel que crea y viva en Mí, no morirá jamás.”